Lista para una gestión de conflictos saludable

No hay soluciones mágicas a los conflictos, pero si usas recursos útiles será más fácil y menos estresante.

El conflicto se puede gestionar de muchas maneras. Como vimos hace ya tiempo en esta entrada, se han categorizado cinco estilos de afrontamiento de conflictos. La cuestión es que el estilo colaborativo es el que ha demostrado tener un impacto positivo en nuestro bienestar en un mayor número de ocasiones. Aunque no debemos olvidar que ser capaces de usar todos los estilos nos ayudará a adaptarnos a un mayor abanico de situaciones. 

El estilo colaborativo es, también, el que requerirá de más práctica. Nuestros cerebros están configurados de origen para la supervivencia, lo que lleva a respuestas de lucha o huida. Para responder de otras formas tenemos que entrenarnos, facilitando que nuestro cerebro cree nuevas rutas, ampliando nuestro abanico de respuestas. Aprendemos desde pequeños observando a las personas de nuestro alrededor, los medios, libros… Lo hacemos de una forma más o menos automática, sin pensar demasiado en ello. Pero también podemos entrenar de forma consciente. 

Para hacerlo hay que empezar por el principio, trabajar la base. Hoy os comparto una lista que tiene este objetivo. La he preparado para acompañar a mis clientes durante y después de las mediaciones. He pensado que podría ser interesante compartirlo. Estos pequeños pasos nos ayudan a tener más paz mental y a construir la cultura de la paz desde nuestro día a día (y a regular el afecto negativo, dicho sea de paso).

Aquí la tenéis:

  • Obsérvate con curiosidad. Cómo te sientes ante la situación? Por què? Qué pensamientos estás teniendo? (con cariño, sin juzgarte, simplemente observa). Si tus emociones son muy intensas, toma nota.
  • Aceptación vs control. Aceptar la presencia de emociones, pensamientos y experiencias desagradables nos ayuda a adaptarnos a la situación. Esto no significa suprimir lo desagradable (intentarlo sólo nos llevará frustración y si lo conseguimos nos ayudará sólo a corto plazo) sino aceptar su presencia para poder tomar decisiones de aquello que sí controlamos. Creo que este es uno de los puntos más importantes de esta lista, durante y después del conflicto. La actividad física y prácticas meditativas nos ayudan mucho, esto me lleva a los dos siguientes puntos.
  • Muévete. Nuestro cuerpo no está diseñado para estar quieto. Un poco de ejercicio (ni que sea andar 10 minutos) tendrá efectos en nuestro cuerpo que ayudarán a la gestión de problemas. La actividad física forma parte de la «base» de nuestro bienestar.
  • Medita o usa técnicas de respiración. Te ayudará a regular las emociones, a estar más en el presente y a observar lo que te está pasando (por la cabeza).
  • Aliméntate. Otra parte de la «base» de nuestro bienestar. Nutre bien el cuerpo y la mente.
  • Descansa. Sin un buen descanso y rutinas de sueño estamos irritables, incluso inestables. Un mal descanso nos hará difícil gestionar cualquier situación que se presente.
  • Escucha con curiosidad. Cómo dice que se siente la otra persona? Por qué? Intenta que lo exprese ella misma, no hagas suposiciones. (nuestra mente es muy rápida haciendo suposiciones) También ayudará que intentes explorar esto en un momento que no sea muy intenso emocionalmente. Sólo escuchando activamente podrás encontrar formas de gestionar la situación. Por algo se suele decir que la información es poder.
  • Pide ayuda. A veces todo esto es difícil. Hay profesionales que te pueden acompañar, pide ayuda y ellos te orientarán.
  • Planifica. Elige en qué vas a centrarte y establece objetivos SMART, te ayudará a no sentirte superado/ada.

Estos son algunos de los pasos que encontraréis en mi guía post-separación y en el cuaderno de trabajo para la gestión de conflictos, donde podéis profundizar en cada uno de ellos y hacer prácticas concretar que te ayuden a desarrollar competencias de gestión de conflictos y adaptación al cambio. Contacta conmigo para saber más.

Si te ha interesado, te querrás apuntar a la newsletter.