¿Mediar con desequilibrio de poder?

Uno de los grandes debates en el ámbito de la mediación es sobre la gestión del poder en un proceso. ¿Se puede recurrir a la mediación cuando existe un desequilibrio de poder? ¿Cómo se puede gestionar? Parece que no hay un acuerdo sobre el tema por su complejidad y variedad de situaciones, pero voy a hacer una breve reflexión sobre ello y aportar mi granito de arena al debate.

Antes de entrar en ello, quizás deberíamos definir qué es el poder, pues como mediadores sabemos que es importante definir a qué nos referimos cuando usamos una palabra que se pude entender de diferentes maneras (por tus valores, tu educación, tus vivencias…). Empezaremos por lo más básico. Según la RAE las acepciones del sustantivo «poder» son (omitiendo algunas que no corresponden a lo que estamos hablando):

  1. m. Dominio, imperio, facultad y jurisdicción que alguien tiene para mandar o ejecutar algo.

  2. m. Gobierno de algunas comunidades políticas.

  3. m. Acto o instrumento en que consta la facultad que alguien da a otra persona para que en lugar suyo y representándolo pueda ejecutar algo. U. m. en pl.

Aún así, el poder ha sido fuente de debate a lo largo del tiempo y no creo que nos podamos detener en una simple definición de diccionario, porque tiene una profundidad que estas cortas frases no pueden representar. Han hablado sobre ello filósofos, políticos y muchas otras personas de diferentes ámbitos a lo largo de nuestra historia.

Para empezar, y de forma breve, el poder se puede clasificar en tipos: económico, social, derivado de creencias, físico, de personalidad, de conocimiento, de estatus, de edad… Por otro lado, no es algo permanente sino cambiante, e incluso según el tema o el momento puede pasar de una persona a otra, así que es un asunto a observar con mucha atención en un momento de conflicto.

Entonces, si nos quedamos con que el poder es la capacidad que tiene A para hacer que B haga algo o para cambiar un resultado, ¿qué hacemos en mediación? Aquí es donde llega el debate. Pues si tenemos partes con desigualdad de poder no podemos saber hasta qué punto la parte con menos poder toma decisiones teniendo en cuenta el poder de la otra, o hasta qué punto una parte usa el poder para coaccionar a la otra.

Muchas veces se ha argumentado que, cuando existe una diferencia de poder, una mediación no es una buena forma de gestionar un conflicto, creyendo que existe una opresión hacia una parte y que el proceso de mediación legitima el abuso de poder. Aunque, al contrario, en un proceso de mediación hay elementos para controlar y equilibrar las balanzas, haciendo que el proceso sea justo a pesar de la diferencia de poder. Además, el mediador puede terminar un proceso, dejándolo sin acuerdo, en el momento que detecte en que no es posible llegar a acuerdos sin un abuso de poder. Así que aquí hay una pieza fundamental que es la confianza en las habilidades del mediador como figura capaz de guiar el proceso para llegar a un acuerdo realmente consensuado por ambas partes. Dicho de otro modo, la confianza en el profesional que nos acompaña.

Por otro lado, también debemos tener en cuenta que no siempre un completo equilibrio de poder puede llevarnos a un acuerdo de mediación más justo, porque si nos imaginamos una situación (que seguramente la encontraremos pocas veces) en que el equilibrio de poderes de cualquier tipo es absoluto, se ha demostrado que lleva a reforzar hostilidades y a prolongar las negociaciones. Además, recordemos que hay muchos tipos de poderes y que una persona puede tener poder de un tipo y la otra de otro, así como el poder no es algo inmóvil que uno o una posee, sino que es relacional y continuamente cambiante. Así que potencialmente todas las partes que forman parte de un conflicto tienen alguna fuente de poder u otra, equilibrando la balanza para poder negociar un acuerdo.

Por otro lado, no siempre tiene que haber un abuso del poder, ni tampoco se tiene que estar usando de forma negativa. Si se acude a mediación es porque hay una voluntad real de encontrar una solución a la situación y llegar a un acuerdo. Por otro lado, el mediador está para guiar el proceso y trabaja para compensar las situaciones de desigualdad con diferentes técnicas y habilidades.

Antes de terminar, profundizaré en la concepción del poder en el pensamiento confuciano, algo que ya comenté brevemente en la entrada Mediación y Confucio, para lo que me viene muy bien la famosa frase:

Un gran poder conlleva una gran responsabilidad.

En la forma de entender las jerarquías en la filosofía Confuciana hay intrínseca la asociación de ciertas responsabilidades o deberes en cada uno de sus eslabones. A estas formas de comportarse las llama ritos, dentro de los que incluye la posibilidad de que cada uno pueda hacer su pequeña aportación a la forma de entenderlos. Igual que en mediación se puede construir un nuevo «rito,» una nueva forma de relacionarse, otras responsabilidades, etc. Si nos vamos a los eslabones más altos de la jerarquía, rechaza el uso de la fuerza como método de gobernanza, apostando por lo que llama «armonía ritual». Esto último también lo podemos ver como paralelo al trasfondo de la mediación: buscar soluciones a los conflictos a través del diálogo y de forma pacífica, buscando un equilibrio entre intereses y necesidades de las diferentes partes del conflicto.

Si vamos más allá, en su preocupación por definir cómo es un buen gobernante, en cierto punto define qué orden de prioridades debería tener:

Zigong: ¿Qué es gobernar

El Maestro: Es velar pot que el pueblo tenga suficiente alimento y suficientes armas, y obtener su confianza.

Zigong: Y si hubiera que prescindir de una de estas tres cosas, ¿cuál sería?

El Maestro: Las armas.

Zigong: Y de las restantes, ¿cuál sería?

El Maestro: El alimento. El hombre ha de morir, siempre ha sido así. Pero un pueblo sin confianza no se sostiene.

Así pues, cuando hay un desequilibrio de poder debido a la jerarquía (en una família, empresa…) a mí me viene a la mente Confucio. ¿Cómo podemos equilibrar la situación? Si partimos de lo que acabamos de comentar, es interesante que se comprenda que hay una coresponsablidad, donde cada parte tiene, por decirlo de algún modo, unos derechos y unas obligaciones que cumplir. Y es muy importante la construcción de una confianza para que la relación se sostenga, confianza en esta coresponsabilidad, que se empieza a construir por una buena comunicación.

Es bien cierto que la forma de concebir la jerarquía y el poder de Confucio es fácilmente criticable porque puede derivar fácilmente a ideas paternalistas. Aún así, si lo llevamos a la mediación encaja perfectamente en cuanto a que hay dos (o más) partes que, teniendo una diferencia de poder, tienen unas responsabilidades y unos derechos y hacen falta unas y otros para sostener la relación y la «armonía». De hecho, muchos conflictos vienen dados por el incumplimiento de estas responsabilidades y/o derechos o bien por una falta de confianza.

En resumen, para un proceso de mediación podríamos concebir el poder de la siguiente forma: como algo cambiante, con diferentes orígenes, que conlleva una coresponsabilidad, y que no impide la capacidad de cooperar si no se abusa de él. Des de este punto tiene todo el sentido del mundo afirmar que se puede mediar pese a existir diferencias de poder, con un mediador que se suficientemente habilidoso para identificarlas y equilibrar las balanzas en los acuerdos de mediación. Sería algo así como abrazar el poder como algo que forma parte de nuestra organización social en todo momento y contexto y gestionarlo en coherencia, en lugar de intentar esconderlo bajo el felpudo.

Referencias

Narine, Amrita (2017) «Power imbalances in mediation». Harvard Negotiation Law Review. http://www.hnlr.org/wp-content/uploads/Narine-Power-Imbalances-in-Mediation.pdf

«Power imbalances in mediation» SCMC Mediation Briefing Papers. http://www.scmc.sacro.org.uk/sites/default/files/resource/SCMC_9_PowerImbalancesInMediation.pdf

Baylis, Claire and Carroll, Robyn (2005) «Power issues in mediation,» ADR Bulletin: Vol. 7: No. 8, Article 1.  http://epublications.bond.edu.au/adr/vol7/iss8/1https://epublications.bond.edu.au/cgi/viewcontent.cgi?article=1310&context=adr